Los que me conocéis sabéis tan bien como yo que no ando a gusto por Valencia, que me siento un poco perdido entre tantas gentes y lugares repetidos. Los que no me conocéis quizá os apetezca descubrir que soy un ser voluble como las aguas de un río. A veces bajo crecido y arraso con todo pero las más soy un reguero que no sirve ni para a hacer crecer a quién me rodea.
Hoy no sé qué soy, me siento como un cachorrillo perdido en algún lugar de un hermoso monte. Adoro estas tierras frías de invierno y estos abetos gigantes que las proveen de oxígeno; me gusta la educación de los seres que me rodean y su escaso número. Pero como todo cachorro me siento solo, con la necesidad de hallar nuevos compañeros de juego y sin la capacidad comunicativa para hacerlo. Soy un español(quizá no me asemeje demasiado al español tipo) perdido en tierras Suecas y no por ello me siento fuera de lugar, pero sí de tiempo.
Escapé de Valencia hace algo más de una semana con la ilusión de hallar la tierra prometida, dónde la gente es culta por obligación y cualquier música que escuche puede ser mi canción.
La cuna del heavy metal y el ideal gótico me ha cautivado con sus postales nevadas y sus pequeñas casas individuales, pero no todo es dulce en el país de los sueños.
Al escapar de mi hogar pensé que me encontraría a gusto, que quizá me hallaría a mi mismo....y lo que he aprendido es a apreciar más lo que tengo: mi casa, mis padres, mis escasos "verdaderos" amigos...y, aunque no se cuánto me durará esta sensación, estoy deseando volver a mi tierra natal para abrazarlos y quién sabe...quizá para volver a soñar.
jueves, 27 de diciembre de 2007
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